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VILLAROCK 2025

Empezando puntualmente una hora después, luego de treinta años de haber nacido, VILLA ROCK 2025 se abría con la presencia de la banda ROCK DEALER en el escenario calentando el ambiente, desperezando lentamente a la audiencia ya presente y apurando a los que aún no se decidían a entrar al recinto. Rock clásico y directo, temas propios, poco conocidos con ese toque de espontaneidad propia de riffs contundentes y el acompañamiento de un bajo inquebrantable y unos tambores agresivamente vibrantes, entiéndanme la literalidad.

 

KILLER QUEENS hace su entrada con la parte más roquera del clásico BOHEMIAN RHAPSODY y se dedica a desparramar talento a través de clásicos de bandas como QUEEN (lógicamente) TOTO y muchos otros haciendo que el público coree los más emblemáticos y conocidos metiendo a la audiencia en el bolsillo.

 

Otra banda tributo a escena, los CHILIS, liderado por el carismático y excelente vocalista Martín Zorrilla que, desde el primer tema, conectó con la audiencia que vibraba con cada interpretación de clásicos de los pimientos rojos. El vocalista se vino con hinchada incluida desde su Coronel Oviedo natal que hizo de las suyas coreando, animando y acompañando cada glosa de su artista de referencia. Muy buenos ajos picantes.

 

Tocó el turno a la leyenda viva, Gustavo Sánchez-Haase en guitarra y voz, Carlos Bernal en bajo y Rodrigo Sánchez-Haase se adueñaban del escenario y empezaba así una travesía a través de la historia con los MATASANOS DEL ROCK. Banda legendaria dentro del mundillo gua’i que se vio ensalzada no solo con la excelente puesta en escena sino también con pequeñas anécdotas, “guaireñadas” y alguna que otra historia como preludio de sus canciones. La principal entre su amplio repertorio de propios y de otros con la que cerraron su presentación, compuesta en el año 1980, detalla la entrada y salida a la andariega de esos años a ritmo de blues machacón combinado con rockabilly pegajoso para despedir “como animal”.

 

En este punto, el esqueleto quasi sexagenario pedía la horizontalidad por lo que toma la posta la generación joven para describir la continuidad y cierre de este ya tradicional encuentro de camaradería y rock en los miércoles santos guaireños.

 

 

La tarea de avivar aún más la euforia recayó en Las Cigarras de la Villa, quienes, desgranando su álbum Semilla —uno de los más radiados en Lata Pararã—, superaron las expectativas con creces. Combinaron sus composiciones con una actuación impecable, liderada por la presencia arrolladora de Adrián Escobar, un auténtico showman cuya voz y destreza en el bajo cautivaron al público. Acompañado por la contundencia de Iván Melgarejo en la batería y la virtuosidad de Alfred Viera en la guitarra, el trío deslumbró. En mi defensa, la peluca verde fue la culpable del Alzheimer.

 

La banda ENCRUCIJADA, liderada por Carlitos Richi, ofreció su ya clásico repertorio que se ha vuelto emblema de la escena del rock gua’i. Con el inconfundible sonido del saxofón de Gerardo González, fusionado con riffs pesados y letras cargadas de profundidad, el grupo conquistó al público. Además, contaron con la participación especial del baterista Allem Lezcano, sumando potencia a la presentación.

 

Norton52, una de las agrupaciones más representativas de la ciudad, no decepcionó. Con su característico formato de power trío y un sonido punk rock contundente, repasaron sus temas más emblemáticos. Liderados por Richard Contrera en guitarra y voz, dejaron una fuerte impresión como ya es habitual en ellos.

Por su parte, 380 VOLTS, una banda de formación reciente, alternó entre clásicos del hard rock y composiciones propias del mismo estilo. Bajo la dirección de Lawrence Cerfoglio en guitarra y voz, Tiki Saucedo como vocalista principal y frontman de la banda regaron alto voltaje de riffs y vocalización salvaje; por último, con la participación especial de César Vázquez (ROCK DEALER) y una potente versión de Highway to Hell de AC/DC encendieron al público que quedó pidiendo más..

 

Uno de los momentos más inesperados de la noche fue el regreso de MOMBYRY GUIVE, tras dos años de silencio.  su aparición sorpresa trajo de vuelta sus letras combativas y nostálgicas, montadas sobre un sonido tan pesado como melódico.

 

Lamentablemente, el show tuvo un cierre abrupto debido a la ausencia de dos bandas muy esperadas: ENGRANAJE y Los BLINKIS, cuya falta dejó al público con ganas de más.

 

POR : Diego Arturo Bogado Peña

             Jorge Luis Bogado Saucedo

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